Benidorm, junto a Sitges, se puede considerar la ciudad gay española por excelencia. En ambas ciudades, la «zona rosa» se circunscribe a una pequeña parte del casco urbano, básicamente en el casco antiguo.
Falta menos de una semana para que en Benidorm se celebre la mal llamada «fiesta del orgullo», con carrozas multicolores y «locas» enfervorecidas por los efectos no sólo etílicos…
Nadie le ha explicado a los colectivos gais que la palabra «orgullo» nada tiene que ver con su homónima inglesa «pride», que si bien una de las acepciones es la de «orgullo», la que corresponde en español es la de «dignidad».
Dignidad es lo que históricamente han pedido aquellos que no sólo le atraen las personas de su mismo sexo, sino que hacen alarde de algo tan íntimo como es su propia sexualidad. Los mismos que, muy dignamente, «solicitaron» a la Organización Mundial de la Salud, hace escasos años, que eliminaran lo que entonces estaba catalogado como enfermedad, del listado de enfermedades psiquiátricas de la OMS. No lo pidieron por escrito, precisamente, sino al más puro estilo siciliano… Literal. Es pura y cruda historia. Algo así como si los bipolares «solicitan» lo mismo. Y lo consiguen…
No hablo de oídas. Para escribir este artículo he visitado Benidorm acompañado de varios clientes de bares «de ambiente», los bares donde esa libertad que tanto cacarean brilla por su ausencia; locales donde las mujeres suelen tener prohibida la entrada, y en los pocos donde no se la prohiben suelen ser recibidas con el desprecio y los malos modos de quienes se declaran paladines de la igualdad.
Los bares «de ambiente» más conocidos de Benidorm
En mi visita hemos comenzado por LOVERS, en los Cuatro Cantones, uno de los clásicos. Lovers es uno de esos lugares donde hay que llamar a un timbre para entrar, algo bastante insólito en los bares «normales» pero parece que acostumbrado en algunos de ambiente. La primera impresión de este local, además de su decoración, con el techo plagado de viejas litografías de hombres semi desnudos, televisores por doquier con escenas de masturbaciones, humor británico y fútbol de Intereconomía en un totum revolutum dificilmente superable, lo destacable no son sus tres cuartos oscuros -uno de ellos cerrado desde hace un tiempo, al parecer-, ni el camarero casi impúber al que llaman «La Britney», ni «la dueña» plagado de cordones de oro; lo verdaderamente destacable de Lovers es el fuerte olor a meado que se te mete hasta por los poros. Todo Lovers es un gran meadero desde que, me aseguran, «a la dueña le dio por modificar el wáter integrándolo en la decoración». Caña de Alhambra a dos cincuenta, tercio a tres y Heinneken o Mahou a cuatro.
SENSATIONS es otro de los bares «inspeccionados». Marco y Ricardo, sus propietarios, junto al camarero típicamente inglés, dan un toque «especial» a un garito en el que la barra ocupa más de la mitad del local, no especialmente grande, precisamente, como parece ser norma en estos lugares. Ambiente agradable y casi «familiar». Cierra a las dos. Caña a euro cincuenta.
EAGLE, otro bar regentado por ingleses, dos «maduricos» que, me dicen, son pareja. Local amplio y realmente agradable. Nada, salvo una bandera multicolor en la entrada, da imagen de lo que suele ser un bar «de ambiente». Destaca su limpieza -hasta el wáter te envuelve con su fragancia- donde se podría comer sopa en el suelo, sin olvidar la simpatía de los propietarios. Muy recomendable no sólo a gais. Caña a dos euros que si el camarero «tirara» en condiciones, con los correspondientes dos dedos de espuma, se llevaría una estrella Michelín.
BOYS es el nuevo pub que regenta Slavi, un bulgaro bastante agradable; un profesional de la hostelería. De pequeñas dimensiones, se sitúa casi enfrente de otro de los clásicos: Mercury.
MERCURY es uno de los que más tarde cierra y punto de encuentro final de propietarios de otros bares y público en general, a pesar de los precios prohibitivos y de las artes «extrañas» de algún camarero que nos intentó sisar 10 euros… Como en Lovers, el hedor era bastante pronunciado, mezcla de mal aliento, sudor y mierda caliente. Toda la parte superior es un gran cuarto oscuro. No recomendable y hasta, diría yo, insalubre.
NEW COPPER es un bar algo más alejado de la «zona cero». Si bien comenzó como «franquicia» del original Copper, de Madrid, hoy es un bar de osos donde la particularidad es que para entrar hay que desprenderse de la ropa hasta quedarse en gayumbos o en pelota picada, a elegir. Son los mismos propietarios del más desconocido de los «gaybares» de Benidorm: El 42. Cerveza a cuatro euros.
Otros bares, como The Look, Bears, Papagayo, RqueR, Diva Divo, Out o Pepermint, comparten vecindad y clientes, pero esos los dejo para otro día, si las fuerzas me acompañan.
Rotcerid
Foto www.benidormpride.com