Abril de 2011. Una conocida detective privado de Alicante recibe un encargo casi rutinario: espiar al Partido Popular de Benidorm.
Por esas fechas, al entorno de Gema Amor, la expepera rebelde otrora diputada provincial de la cosa turística, llega una noticia alarmante: el PP estaría comprando votos por correo. El precio, 50 euros. La población «agraciada», la colonia rumana en cuyas elecciones podían votar por primera vez.
El modus operandi del Partido Popular, y en este caso de un conocido «amigo muy amigo» del exalcalde Manuel Pérez Fenoll, era contactar con una asociación de rumanos para ofrecer a sus miembros 50 euros por cada voto que fuese a parar al Partido Popular, vía Correos.
J.R., el eterno intermediario, estaría citando a los súbditos rumanos con derecho a voto en un despacho cercano al Ayuntamiento. Allí comprobaría y prepararía la documentación necesaria para el voto por correo y acompañaría al «votante» en caso necesario. Las alarmas en Correos saltaron inmediatamente. Algo olía a podrido.
«Alguien desde el CDL» encarga una investigación inmediata. A nadie escapaba por entonces que la votación iba a estar más que reñida desde que miles de votantes del PP iban a apoyar la candidatura encabezada por Gema Amor, como así fue, con 3.600 votos y tres concejales en manos del CDL, lo que posteriormente le daría la llave, la puerta y todo el edificio consistorial, salvo la alcaldía-títere, en mancomún entre Gema Amor y Maite Iraola, la madre de Leire Pajín, con el voluble Agustín Navarro de titular.
La investigación, hoy en manos del CDL, se saldaría con resultado positivo. La detective habría demostrado la compra de votos. Sin embargo, una vez en posesión de Amor, nadie mueve ficha. El silencio y la negación sobre la propia investigación son la consigna. Ni la fiscalía ni la Junta Electoral reciben el informe, un resultado que en manos de Gema Amor le supone el as en la manga con el que cualquier político con las ansias de poder de la benidormense soñaría; una verdadera bomba. A nadie escapa cómo ha sido usado, sobre todo después de dar a conocer en esta revista el funcionamiento de las cloacas políticas de la capital turística de la Costa Blanca, la misma revista que dio a conocer, con todo detalle y en rigurosa primicia, el salto a la política de Mario Conde.
FJ Mora
¿Quien ha dicho democracia?. Es verdad que no es dictadura,¿pero democracia?. Veamos, yo no puedo votar a la persona que me asegura honradez, tengo que votar al partido que crea que es menos corrupto. Yo ni siquiera puedo votar al concejal de mi barrio, ese que llevará o debiera llevar los problemas de mi barrio al Ayuntamiento. Yo no puedo elegir a los concejales de mi pueblo he de elegir una lista de ellos ¡Tontos, listos, con formación, sin ninguna formación, con experiencia en gestión, sin ninguna experiencia, honrados, corruptos
de cualquier padre y madre. He de elegir la lista del partido, porque como somos niños, ya el partido los ha ejegido por nosotros. ¡PUES NO SEÑORES ESTO NO ES DEMOCRACIA, SINO PARTITOCRACIA!
Por desgracia de confirmarse el delito aqui expuesto a nadie le interesa meneallo