Cajón de sastre Lorca

La real familia y la Orden Cana

De toda la vida de dios han existido en Lorca personajes, personajazos, personajillos y demás ralea, nobleza y realeza, unos con más gracejo que otros y casi todos con un nexo común: son, han sido y serán la risión del pueblo. Y del campo. Y de las huertas. Personajes peripatéticos. Eso sí, con honrosísimas excepciones que copan las más altas esferas del mundo mundial.

Una de esas excepciones es la insigne familia real de los Trastámara, concretamente de la rama Caracolera. Más nobleza no se puede pedir. Baturra o Puriana/Puriense. Esta última de la que me llena de orgullo y satisfacción haber sido nombrado «persona non grata» bajo la presidencia del Jero, honor que no comparto con nadie y que me hace ser único y excepcional, digo yo, al menos en Purias y enderreores.

Lorca ha sido -y es- cuna de realeza. Y de familias imperiales, como la de los Quijales y su rama de los Pezucos, pero ésa es otra historia que igual me da por contar para seguir haciendo amigos en un lugar de tan rancio abuelengo como es la Ciudad del Sol, plagada, como ut supra decía, de una yesé que para sí quisiera Madrid, que es villa y corte, y sus naturales, de natural villanos y cortesanos (ellas, cortesanas), no como los ciudadanos lorquinos. En Lorca, por no haber corte no hay ni cortingléh, salvo la corte de los Trastámara, pero esa no cuenta, se limita a Santa María, que es sólo una parte del todo.

Entenderán que cuando hablo de la Ciudad del Sol no hablo de Écija, no, sino de la otra igual de soleada. Lo mismo con este mi artículo de hoy consigo también el nombramiento oficial de «non grato». El extraoficial ya me lo concedió mi ex primo segundo político Quijales ante los medios de incomunicación locales: «mal lorquino». Y no se despeinó. Lo curioso es que ninguno de esos medios tuvo a bien recabar mi versión. Es curioso, repito, porque es de primero de Periodismo. ¡Nivelazo!

Pero volvamos a la real familia.

Tristísimamente fallecido el patriarca de los Trastámara-Caracolero, aún queda de tan egregia estirpe la raina madre, el príncipe de Bequelar y el infante Carloto, de la Casa del Rey David, los últimos especímenes de su casta. Puro glamour, caballeros de la Real Orden Cana -compañeros de Orden de quien esto suscribe y escribe, paice ser- y descendientes de la pata del caballo del Cid, en pura y dura rivalidad con los Borbón, Reyes Católicos de España por la Gracia de Dios y la Constitución, como se acuñaba en aquellas monedas de estepaís en el siglo XIX, cuando se dejó de acuñar en latín desde los tiempos del rey felón, tatarabuelo de otro insigne lorquino de, si cabe, más rancio abuelengo que los Trastámara: S.M. Pedro Sánchez, de los Sánchez de siempre y de La Moncloa. Los del chocolate son los López. Y los de la droguería, también.

Y justamente acuñar moneda es lo que le falta a los Trastámara. No quiero dar ideas…

Hablando de Real Orden Cana, en Lorca existe otra Real Orden:  «Real Orden-Hermandad de San Clemente, Patrón de Lorca», cuya presidencia, al parecer, vitalicia, recae en un tal Torres del Alcázar, nacido Torres, por su padre y Alcázar por su madre. El «del» fue posterior, pero no lo puedo asegurar porque en el Registro Civil me han dicho que vaya a dar el follón a otra parte, lo cual me parece muy bien, claro.

No tengo el gusto de conocer a Su Alteza, básicamente porque no me codeo con según qué personajes.

La alta cuna -y baja cama, que diría un amigo alicantino- me da vértigo y es peligrosísima, porque como te caigas de ella te da por crear de mayor realesórdenes, con su vestimenta bordada a máquina, collar de latón y corona de plata Meneses sobredorada. Esto es superior a mis fuerzas…. Prosigo.

Resulta que la dicha realorden no me constaba en mis archivos memorísticos. De mi memoria no me puedo fiar, porque cuando peinas calva con dos pelos canos lo más probable es que te falle, y para eso están los que tienen que estar. ¿Quiénes están? La Casa de Su Majestad el Rey, de la familia Borbón. No confundamos con la de Trastámara.

Yo, que soy de natural preguntón y salsero, he decidido consultar en San Google el listado de Reales Órdenes de España y de otros lugares sin resultado positivo, y me encuentro que la única mención de tan noble institución se encuentra en la página web de algo llamado Ciufront, así como en la página web oficial del Excelentísimo Ayuntamiento de Lorca, concretamente en el apartado dedicado a la Concejalía de Turismo, últimamente con amenaza por parte de mi Penchico de elevación a los juzgados y tribunales por el buen hacer del atrincherado Sr. Morales y su manejo, paice, impoluto de las perras que de nadie son. También aparece en la de la Diócesis de Cartagena, con sede en Murcia.

Con tan definitivas pruebas de su existencia, y con la picha hecha un lío, porque sigo con la mosca detrás de la oreja, me dirijo a quien me puede sacar de dudas: al Palacio de la Zarzuela, donde habita y trabaja un tal Felipe VI (léase Felipe ví) que, me consta, es el que más manda sobre las Reales Órdenes.

Y con gran sorpresa, básicamente porque no podría haber pensado nunca que la excelsa Concejalía de Turismo o el no menos egregio obispo cartagenero hayan sido capaces de afirmar dicha existencia, me contesta quien me tiene que contestar, con todos los sellos y lacres oportunos de la siguiente forma et manera:

No sé yo qué manía le tienen los Borbones a los Trastámara, rama Caracolera, si son primos y ambos descienden de los Reyes Catódicos. Cosas de la realeza coronada… ¡Mira que decir el Borbón que la que Real-Orden Hermandad no tiene el título de Real…!

Y no contento con mis pesquisas, consultado, una vez más, con quien me puede sacar definitivamente de la duda, de cuyo nombre no puedo acordarme, me asegura: «El título de Real ha sido concedido por la raina viuda de Caracolero, pero yo no te he dicho nada». Palabrita der niño jezú que de mi boca no sale. Y hasta aquí puedo leer porque tengo vista cansada.

Lorca, solum gratum… Frontera segura del Reino. O ango asín.

Con cariño.

Francisco José Álbarez-Fajardo y Sastre, servior de Ustés y de Su Majestad Catódica, miembro de la Real y Muy Ilustre Orden Cana, de la marquesal casa de Almendrillo y condal de Nerviotranquilo, títulos otorgados a mi progenitor-A por un famoso varón, con uve, hoy con residencia en Lorca, diputación de La Torrecilla, Cementerio de San Clemente, carretera de Graná S/N. Ambos títulos con Glandeza de España, entiendo.

Afoto: Ciufront

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