Tontolinada

Operación vicealcalde. Segunda Parte

Antes de principiar esta mi tontolinada, permítanme expresar mis condolencias por la, para mí, inesperada muerte del amigo Ginés Sánchez de la Villa. Amigo y casi pariente, por tener primos en común. Lo echaremos de menos.

Dicho lo cual, muy a mi pesar, no tengo más remedio que proseguir con el culebrón municipal a cuenta de los dos eventos abortados in extremis por el todavía alcalde lorquino, Diego José Mateos.

¿Digo bien: DOS o TRES? Pregunto… Al segundo nadie hace referencia (por no hablar del tercero que éste sí, parece que se ha llevado a cabo), probablemente por hacerle pupa a quienes tendrán que sostener el gobierno en minoría de Mateos, que no son otros que el ínclito Sosa y aquella traidora a su partido, concejala comunista, paracaidista, de cuyo nombre ni recuerdo ni me interesa. Nadie más que ellos han luchado más para la ya no celebración de una serie de conciertos de pitiminí, «presididos» por aquel viejo concejal comunista del que sólo recuerdo su mote: «El hijoputa».

Y es que el contubernio pergeñado entre tan alto funcionario municipal, quien se auto titula director de la banda municipal de música, banda que fue asesinada y amortajada por quien sigue usando esa falsa denominación, a su mayor gloria, y de nadie más, ha entrado en el mismo paquete de contratos ilegalmente fraccionados.

Que un comunista convicto y confeso, cuyo himno nacional es el himno de Riego, homenajee, una vez más, a quien fue el autor del arreglo de la Marcha Real, es inaudito. O lo debería ser, salvo que algo pille.

Que el que dice ser «descendiente» de Pérez Casas, a escasos tres meses de la patada en el culo que le iban a dar los lorquinos, antes de que se la diera el todavía alcalde rojo de Lorca, se gastara una pasta gansa, la casi totalidad del presupuesto de la concejalía de turismo, en escasos dos meses, para hacer un homenaje a Pérez, es de juzgado de guardia, que es justamente donde todos amenazan con llevarlo.

Lo del músico de tercera elevado al máximo nivel de la administración por arte de birlibirloque, al que sus pupilos lo han apodado de forma tan cariñosa, no tiene precedentes, salvo cuando cierto emperador romano elevó a la condición de senador a su caballo, con perdón por la comparación. Nada me ha hecho el pobre equino.

Y ya que comparamos, igual sería estudiable y ejecutable la patada en el culo que, si la ha merecido el exvicealcalde, digo yo que también la merecerá el «presidente» de lo de Pérez Casas, conocedor de las irregularidades administrativas, se entiende, tanto como el propio vicealcalde, por no decir el todavía alcalde, aprobador de ambas partidas y conocedor de que los fraccionamientos son un delito. Diego José Mateos, de hecho, es el secretario general del ayuntamiento de Águilas y, por tanto, conocerá el derecho administrativo. O no…

Escribidor de Vuesas Mercedes, Francisco José Álbarez-Fajardo y Sastre

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *